viernes, 8 de enero de 2016

Primer libro del año: 1984

Desde un poquito antes de que terminara el año empecé a darme cuenta que dado que tengo 2 laaaaaaargas horas de comida, debería encontrar una manera "productiva" de pasar el tiempo. Lo anterior era sin duda algo que "me debía", ya que de manera regular destinaba mi "tiempo libre" a jugar algunas partidas de los juegos casuales que tenía en mi celular. "1010!", "2048" y "Apalabrados" eran mis favoritos hasta que me di cuenta que podía pasar demasiado tiempo ahí y que podría "aprovecharlo" (como apenas decía ayer) leyendo los libros que me placiera...

El escenario también parecía perfecto, ya que en realidad mis horas de comida el 90% de las ocasiones transcurren en un lugar que está dispuesto para esto, un Club de Ejecutivos que forma parte del edificio en el que trabajo y en el que he sabido hacerme de mis propios rituales a través de la prestación de poder comer ahí a la carta, todos los días.


¿Cómo es este ritual? Más o menos así...al dar las 2 en punto o un poquito más, salgo de mi oficina por una puerta trasera que da directamente a este lugar; muevo un pesado mueble corredizo lleno de libros y enciclopedias que está ahí como a modo de cubrir un "pasadizo secreto" (al mas puro estilo de la baticueva de Batman) y bajo por unas escaleras hasta un bar llamado "Alice". Estando ahí llego y me acomodo plácidamente en una de las sillas altas que están pegadas a la barra, al hacerlo en muy pocos segundos llega Orlando y me saluda "¡Buenas tardes señor Antonio!" mientras me acerca el servicio que consiste en un cenicero, un mantelito y mi servilleta de tela que envuelve mis cubiertos. "¿Qué le ofrezco de tomar?" me pregunta siempre atento Orlando, contestando yo en el 90% de las ocasiones "Una jarrita de limonada natural, por favor" luego de manera regular pregunto por la especialidad del día (que me sé de memoria, pero siempre checo que aún la estén sirviendo ese día) y procedo a ordenar mi comida dependiendo de la respuesta...Tengo la impresión de haberme hecho muy partidario de las Tortas Arabes de un tiempo para acá, pero por lo general trato de ordenar diferentes platillos del menú.


¿Qué hacía desde ese momento y hasta que me servían la comida y después de comer hasta que transcurrieran las 2 horas? ¡Jugar con mi teléfono! Por supuesto que ese era el momento preciso del día en el que podría abandonarme a la lectura y distraer un rato mi mente de las preocupaciones laborales del día...Habiendo llegado a la resolución anterior, procedí a realizar mi búsqueda de libros a leer.

Por alguna extraña razón, uno de los primeros que aparecieron en la lista del sitio que visité para tal efecto, era 1984 de George Orwell (pensándolo bien, debió ser por un tema de estricto orden alfabético) el tema es ciencia ficción, que da lugar en 1984 en una zona llamada "Franja Aérea 1" que estaría situada en lo que "antes" se conocía como Gran Bretaña...En apenas unos 15 días y con la debida pausa vacacional de fin de año, hoy finalmentepude terminarlo. ¡Nada mal para un propósito que apenas escribí formalmente hace 7 días.

No cabe duda que la "lectura propia" que le puedes dar a un libro, tiene necesariamente que ver con el momento que estás viviendo; tal vez si hubiera decidido leerlo en otro momento de mi vida, no habría sido tan interesante para mi no obstante que se trata de un libro muy exitoso en su año de lanzamiento (1949) y que se ha vuelto una referencia obligada cuando se habla de la literatura de ciencia ficción del siglo XX. Es justo de esta obra que se desprende el nombre del reality show "Big Brother" ya que es precisamente en esta novela en la que una se narra cómo una Telepantalla está ahí para poder ver con absoluta precisión todo lo que haces, dices e incluso analiza a través de tus gesticulaciones lo que estás pensando, siempre buscando prevenir crimentales (pensamientos de oposición al régimen autoritario en el que estaban viviendo en esa época). Me impresiona saber que una persona en 1949 pudiera tener una imaginación que rebasaría la época en la que estaba viviendo, con un tema impensable en aquel momento, pero que al día de hoy es totalmente posible con la tecnología que hemos desarrollado en estos 67 años de su publicación. Es justo ahí en dónde el libro adquiere relevancia en nuestros tiempos, ya que el comportamiento de los dirigentes de algunas sociedades modernas como nuestro país, Venezuela, USA, Rusia y Corea del Sur por sólo mencionar algunos, muestran paralelismos que si bien no son tan brutales como los que describe la novela, no dejan de ser inquietantemente "posibles".

La lectura de este libro ha sido un tesoro para mis primeros días de enero, en los que durante las  horas que le destiné, me ha transportado a lugares que ahora viven en mi imaginación, con personajes que ahora siento que conozco y que "vivieron" en un mundo que sin duda es peor que el nuestro. El 75% del libro ha sido de franco regocijo, el 25% restante me amodorró por un par de días..Esa parte que menciono puede ser repetitiva, puede ser innecesaria, pero creo que finalmente termina cumpliendo su objetivo, haciéndote sentir la pesadez y el caos que los protagonistas estarían experimentando en algunos momentos del desarrollo de la historia y preguntándote en qué momento llegaría el climax, en dónde empezaría a esclarecerse el destino de Winston y Julia (los personajes principales) y realmente ha sido un último estirón bastante emocionante...

En fin, creo que si las cosas no cambian en mucho tiempo y la rutina sigue su curso (que no es la idea) al menos encontraré en esas dos horas del día, un buen motivo para estar ahí, recibiendo ciertamente una atención digna del Marajá de Pocajú en la que apenas que termino mi plato llega Orlando a llevarse el servicio mientras me pregunta "¿Una tacita de café señor Antonio?" a la que invariablemente termino diciendo que si y procedo a fumarme un cigarro y tomarme esa taza de café, mientras clavo la cabeza en mi teléfono que es dónde estoy leyendo de manera relativamente cómoda los libros que se me están atravesando en el camino.

Antonio "Pichojos" Mendoza




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